La igualdad entre hombres y mujeres está en el centro de los Tratados de la Unión. A pesar de los progresos realizados a nivel europeo, algunos Estados miembros siguen muy rezagados. La renovación institucional que seguirá a las elecciones europeas de mayo de 2019 representará tanto una oportunidad como un riesgo. En vísperas de esta renovación, las opciones políticas serán cruciales para garantizar que el principio de igualdad entre hombres y mujeres no quede en letra muerta o quede relegado al margen de las promesas incumplidas. Se pondrá a prueba la valentía de los líderes europeos. Permitir que Europa sea un campeón mundial indiscutible en este ámbito es también un objetivo esencial. No tiene sentido defender los derechos humanos si el primero de ellos, los derechos de la mujer, no está garantizado.