La región Indo-Pacífica se ha convertido en el escenario central de la dinámica de poder en el siglo XXI, en la intersección de las ambiciones geopolíticas y las aspiraciones económicas cada vez más asertivas. Mucho más que un escenario distante de la competencia entre Estados Unidos y China, el Indo-Pacífico es una prueba de fuego para la Unión Europea a la hora de proyectarse como potencia mundial.

Treinta años después de que los Acuerdos de Dayton-París pusieran fin al conflicto en Bosnia-Herzegovina, la situación política del país preocupa a la comunidad internacional y en especial a los europeos. El sistema institucional que surgió de estos acuerdos era el único medio de satisfacer a croatas, bosnios y serbios, pero ahora se encuentra fragilizado. Para Zeljana Zovko, "la Unión Europea tiene un papel importante que desempeñar. Todo lo que ocurre en los Balcanes Occidentales tiene un impacto significativo en la paz del resto de Europa.

"Eslovaquia ha atravesado en los últimos años un periodo de profundos cambios políticos. Marcada por una compleja historia influida por el movimiento paneslavista y el legado del periodo comunista, la escena política eslovaca se caracteriza por una creciente inestabilidad, una sociedad dividida y el auge del discurso populista." La crisis económica, las numerosas desigualdades sociales y las exigencias de la Unión Europea a las que debe responder el país están cristalizando el descontento en torno a la personalidad del Primer Ministro, Robert Fico.

"Durante los últimos tres años, la guerra se ha desatado en las fronteras de Europa entre dos Estados vinculados geográficamente, un conflicto que en realidad comenzó hace casi 11 años con la ocupación rusa de Crimea y Donbass." Con la nueva administración Trump, los europeos ya no pueden confiar en su aliado histórico y deben defenderse por sí mismos, utilizando sus propios recursos. Europa necesita despertar y salir de este estado de sonambulismo para hacer frente a los desafíos actuales, y Alemania debe adaptarse y participar plenamente en una coalición de Estados "dispuestos".

Lo que era cierto ayer sigue siéndolo hoy: el momento "Munich 1938" ha vuelto a Europa. Desde el principio, Putin ha seguido en gran medida la estrategia y los procedimientos bélicos del Führer, empezando por la reocupación de Renania en 1936: la anexión de los Sudetes, ratificada por la Conferencia de Múnich, fue a la vez la culminación y el desenmascaramiento de la lógica vigente desde el principio". Ante la amenaza que representa Vladimir Putin, los europeos deben invertir en su defensa si no quieren revivir sus días más oscuros. Incluso sin el apoyo militar estadounidense, los europeos no pueden renunciar al objetivo final de arrancar a Ucrania de las garras del putinismo conquistador. Todavía están a tiempo de convencer a Putin de que no se enfrenta a Chamberlain y Daladier, sino a Churchill y De Gaulle.

Agenda

El futuro de la influencia europea en el Indo-Pacífico

Treinta años después de los acuerdos de Dayton-París: la Unión Europea debe implicarse en Bosnia-Herzegovina

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Europa y Putin: ¿debe prevalecer el realismo sobre la realidad?