La competencia entre las dos grandes potencias mundiales estructura todas las relaciones internacionales e influye en las opciones de todos los demás países", observa Philippe Etienne. En este contexto, Europa se encuentra en una situación delicada: ¿hay que elegir entre la equidistancia y el seguimiento? Para Europa, es evidente que no hay equidistancia entre los dos gigantes, por razones de seguridad, pero sobre todo por razones de valores. En este triángulo entre Estados Unidos, China y la Unión Europea, los europeos deben posicionarse para defender su lugar en las cadenas de valor estratégicas. En última instancia, depende de nosotros no permitir que otros dicten nuestro futuro.