2024 será un año de "prueba de resistencia" para la defensa europea. Desgraciadamente, "los esfuerzos están demasiado dispersos para crear una dinámica de conjunto" y "producir grandes proyectos federadores". El riesgo de una desvinculación estadounidense exige un análisis de la ayuda europea a Ucrania: modernos y eficaces, los sistemas de armas son, sin embargo, limitados en número. La autonomía estratégica de Europa dependerá de su capacidad para dominar las nuevas tecnologías que determinarán el futuro de su industria y su lugar en el mundo. El debate estratégico plantea también la cuestión de la disuasión nuclear. En esta delicada cuestión, es innegable el vínculo existente entre los intereses vitales de Francia, dotada de armas nucleares, y los de la Unión Europea. En un mundo en rápida mutación, "¿queremos los europeos replegarnos sobre nosotros mismos o continuar por el camino trazado por nuestros predecesores tras dos guerras devastadoras? ¿Estamos dispuestos, como ellos, a inventar un futuro común de paz y prosperidad y a defenderlo juntos?